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Estrategias de aprendizaje: el refuerzo a intervalos.


Cuando nos planteamos grandes objetivos, a menudo estos demandan meses o incluso años de esfuerzo constante. Por eso es común que muchas personas desfallezcan en el camino y abandonen sus metas. Sin embargo, hay un pequeño truco para mantenernos motivados y no perder de vista el objetivo, se trata de una técnica denominada refuerzo a intervalos o refuerzo intermitente.


Como podrás suponer por su nombre, el refuerzo a intervalos es una técnica de origen conductista que se ha usado en el pasado y que se continúa usando puesto que ofrece excelente resultados. De hecho, es una técnica que ponen en práctica los creadores de las máquinas de juego.


Imagina que estás en una de estas máquinas. Si funcionasen siguiendo la lógica del refuerzo continuo, es decir, dándote un premio cada vez que juegas, no solo te desmotivarías después de cierto tiempo sino que el casino perdería muchísimo dinero. Entonces, ¿qué hacer?


Muy sencillo: echar mano al refuerzo a intervalos. Es decir, cada cierto tiempo y después de que hayas jugado varias veces, la máquina te da un premio. De esta manera el casino no pierde y el jugador se mantiene motivado durante horas.


Pues esta misma lógica la podemos aplicar a los objetivos que nos planteamos. Cada vez que alcances un micro objetivo que te acerca a tu meta, date un regalo, que puede ser desde algo material hasta una escapada de fin de semana. Premiarte por los avances que has hecho hará que te sientas más cerca de tu objetivo y eso te infundirá nuevos ánimos para continuar en el camino que te has propuesto.


Eso sí, premiarse por cada paso, a la larga, termina siendo contraproducente porque puedes perder la motivación. En vez de ello, establece un plan y divídelo en etapas, cada vez que llegues a una, date un pequeño regalo.


La técnica del refuerzo intermitente no solo se puede usar con los objetivos a largo plazo sino que también es muy útil para formar hábitos. De hecho, uno de los mayores problemas de formar un hábito es que ejercer el autocontrol continuamente nos agota y, al final, terminamos cediendo ante las viejas costumbres. Por eso precisamente, cuando intentas seguir una dieta más saludable, se recomienda que una vez a la semana te des un pequeño capricho, un refuerzo que te permitirá enfrentar con fuerza renovada los próximos días.


La clave está en encontrar la dosis exacta. Para formar hábitos, la recompensa debe ser más pequeña pero también más frecuente pero si nos referimos a los objetivos a largo plazo, las recompensas deberán ser mayores pero más espaciadas en el tiempo.


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