Cómo lograr que mi hijo triunfe.
Sin duda, todos tuvimos muchas ideas acerca de cómo tratar a nuestros hijos, mucho antes de que éstos vinieran al mundo. Detrás de todas esas ideas estuvo siempre la dedicación: estábamos decididos a que la tarea fuera bien hecha. La mayoría de las personas toman muy enserio la tarea de ser padres: se juegan todo por ello, en el sentido literal de la expresión. Después la realidad empieza a ser distinta, muy diferente a los planes concebidos de antemano y lo que al principio parecía cosa simple se transforma en algo mucho más complejo.
Los niños suscitan en nosotros muchas emociones, desde la alegría y el regocijo, hasta la preocupación, la culpa y la duda, la fatiga y la frustración en la crianza, también se hacen presentes en buena medida. Un día tenemos que luchar contra la flojera y el desorden y decir constantemente "NO" y al día siguiente llegarán los abrazos y las palabras amorosas. En fin, problemas siempre nuevos, que cambian pero nunca acaban. No hay forma de dar marcha atrás.
De todos modos los padres se esfuerzan por hacer lo mejor que sean capaces . Así se invierten grandes cantidades de energía, tiempo, dinero, etc. para hacer de nuestros hijos lo mejor. No obstante pese a las buenas intenciones de los padres, abundan jovencitos que decepcionan a los padres, se trazan en los estudios, se manifiestan emocionalmente inmaduros, se rebelan o se retraen indebidamente, o frecuentan el trato con otros muchachos que no andan en nada bueno.
¿Cómo puede ser que mi hijo tenga problemas con lo mucho que hice y me esforcé por él?
Esta pregunta ronda en la mente de muchos padres bien intencionados.
Intranquilidad se abre camino una y otra vez hasta nuestra conciencia, para hacer que nos preguntemos cómo mantener a nuestros hijos alejados de los caminos de la desdicha. En los momentos de crisis la mente nos susurra: ¿Estaré haciendo bien las cosas? ¿Tendré que castigar, discutir o ignorar? ¿Qué hacer ahora?. En esos momentos, los grandes planes e ideales que teníamos respecto a a la crianza de nuestros hijos, se desvanecen. Pero a todo esto. ¿Cómo trasformar la realidad?.
Existe un ingrediente fundamental.
Para la mayoría de los padres, los deseos de un futuro para sus hijos, se fundan en algo más que el evitarles las cosas malas de la vida, lo que se quiere para ellos son las cosas positivas de la vida: la confianza en sí mismo, el tener un objetivo en la vida y compromisos, relaciones significativas y constructivas con los demás (amigos, compañeros, novio(a), etc.), el éxito en el estudio y en el trabajo. Lo que queremos es claro, sin embargo nuestra dudas se desarrollan en torno a cómo ayudarles a alcanzar esas metas. En este sentido los padres ansiamos tener una regla básica que nos guíe en cuanto a qué hacer y qué no hacer, especialmente en los momentos de crisis.
Hoy en día, se a acumulado experiencia suficiente para darnos precisamente esa regla: el niño que posee autoestima elevada es el que más posibilidades tiene de triunfar.
Más y más investigaciones demuestran que el niño (o el adulto) que funciona plenamente, esta ligado al fenómeno de la autoestima.
La diferencia reside en la actitud hacia sí mismo, en la valía que tiene de uno mismo.
En nuestra próxima entrada, hablaremos de este ingrediente fundamental que llevará a tu hijo al éxito: la autoestima .
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Hasta entonces...